Si no entiendes la mitad de lo que se dice en los periódicos sobre los temas internacionales, si has decidido mejorar tu cultura internacional para entender más fácilmente la situación actual en el mundo, si quieres tener los conocimientos suficientes y básicos para tomar parte activa en los debates de hoy, pues… ¡has encontrado el blog que necesitas ! En efecto, escribiré sobre los temas internacionales más ruidosos y debatidos de la actualidad... empezando con la entrada de Palestina en la ONU.

jueves, 13 de octubre de 2011

La situación griega




El paro 






La situación actual en Grecia es desastrosa y genera problemas que se extienden a todo el continente. El país se ha convertido en el segundo de Europa con una mayor tasa de paro, España sigue siendo el primero. Las cifras del paro, calculadas por la agencia estadística helena en septiembre 2011, indican que el 16,3 % de la población activa está desempleada, lo que demuestra una situación alarmante, según afirman los economistas. Los que están más golpeados por el desempleo son las mujeres y los jóvenes. Es más, a esta alta tasa de paro se añade una clase media cada vez más agobiada por una presión fiscal insoportable. Actualmente, los jóvenes se encuentran frente a dos situaciones potenciales: o bien encuentran trabajo con un salario neto mediocre, o bien están desempleados, por lo que las perspectivas son muy desalentadores y los griegos pierden la esperanza. 


El déficit público 


El gobierno griego, por su parte, anuncia que ni este año, ni el año próximo, podrá cumplir con los objetivos de déficit acordados con la troika, que se compone por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, es decir los tres organismos que salieron al rescate de Grecia en mayo de 2010. En efecto, el gobierno heleno estima que acabará el año con un déficit de 8,5 %, mientras el FMI y la UE piden un déficit del orden del 7,6 %. De hecho, el agujero en las cuentas públicas es peor que lo previsto. Por consiguiente, los inspectores de la troika critican la falta de determinación por parte del Gobierno griego, dirigido por Yorgus Papandreu, para aplicar ajustes mucho más severos. La asistencia financiera de estos organismos es significativa, ya que evita que el país se declare en bancarrota. 



La eurozona 


Hoy en día, la situación griega supone un desafío enorme para toda la eurozona, cuyo futuro es más que nunca incierto. Las Bolsas europeas, frente a esta atmósfera de temor a la quiebra del Estado griego, se desploman porque las entidades financieras se encuentran expuestas a la deuda de Grecia y los inversores escasean. El sector financiero ha sufrido fuertes caídas estos últimas semanas, de tal modo que el valor de los bancos europeos que cotizan en Bolsa están incluso por debajo del nivel que tenían tras la quiebra de Lehman Brothers. Por eso, estamos hablando de la probable salida de Grecia del euro, debate que incluso podría aplicarse para Portugal, Irlanda, España e Italia. Algunos expertos afirman categóricos que la expulsión de un país de la UE o de la eurozona seria “una bomba nuclear para el proyecto europeo”. Angela Merkel afirma que el euro es una garantía de la unidad europea y que el fracaso del euro supone también el de Europa, pero en un primer momento la cancillera alemana había dicho que el Tratado debería permitir que se excluya a un país de la zona euro como último recurso si no cumple con sus obligaciones de manera reiterada. 



Las consecuencias 


Por consiguiente, los sentimientos antieuropeos se vuelven muy vigorosos frente al aumento del paro y de la pobreza. Además, la incapacidad para resolver el problema de Grecia está provocando una división entre la Europa del norte, muy disciplinada y tratando de ahorrar lo más posible, frente a los países del sur, fuertemente criticados por su tendencia al despilfarro y su incapacidad de controlar el gasto. 


Además de una crisis financiera y social, los griegos se encuentran ahora frente a una crisis sanitaria, puesto que las probabilidades de no consultar a un médico han aumentado (de un 15 %) desde el inicio de la crisis en 2007. Por otro lado, los hospitales se ven reducir del 40 % sus presupuestos, por lo que el personal y los suministros médicos escasean. 


La primera victima de la deuda del euro es el banco franco-belga Dexia. Para rescatarlo, Francia, Bélgica y Luxemburgo cerraron un acuerdo de desmantelamiento y de creación de un banco malo en el que se agruparán sus activos tóxicos, que constituyen principalmente la deuda pública y los créditos. Este plan supone un coste de 90 000 millones de euros garantizados por las arcas públicas de Francia y Bélgica. Además, se habla de nacionalizar la parte belga del negocio, mediante una inyección de 4000 millones por parte del Estado, y la parte francesa, con una inyección de 700 millones. El problema principal de Dexia es su amplia cartera de deuda soberana generada por la aceptación demasiada fácil de las solicitudes de los Gobiernos y, por lo tanto, su exposición a la deuda de Grecia. Esta situación daña su credibilidad y hace imposible el acceso a la liquidez para seguir las operaciones.

El primer ministro belga, Yves Leterme, encuentra su homólogo francés, François Fillon, el 9 de octubre de 2011

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